Estoi orgullosa de mi hija. Adolescente de 13 años en plena ebullición hormonal, continuos cambios que van llegando a su vida y con nuevos retos.´
Hace un tiempo me planteó el tema del alcohol, ella me decía que exagerabamos, que ellos eran jovenes, que era normal que les apeteciera beber y disfrutar de la vida, y que sí ella no lo hacia era por el "miedo" a las consecuecias que iba a traer en casa. Ayer me comentó que ella no tenia intención de beber tan joven, al preguntarle porque de esa decisión me comentó el caso de una compañera de su clase que fue ingresada en el hospital por un coma etílico, me relató los hechos y expuso sus conclusiones a ello con una madurez que me dio la impresión de estar hablando nó con una adolescente de 13 años sino con una mujer.
De paso aprovechamos para hablar de otros temas, sexo, las drogas, los chicos, y hasta de política, pues sigue estas elecciones con un interés increible.
Siento que mi marido y yo estamos haciendo bien las cosas con ella, no voy a lanzar las campanas al aire, me queda una etapa dificil, lo sé, pero de momento ella misma está descubriendo cuales son los pros y los contras de los males que hoy en dia afectan a nuestra prematura juventud, y digo prematura porque cada vez empiezan mas jovenes a tontear con muchos vicios. Está demostrando que tiene una fuerte personalidad, cosa que me encanta de ella aunque a veces esa personalidad nos lleve a mas de un enfrentamiento, y sobre todo que sigue confiando en mí para contarme todo lo que le preocupa, aunque a veces tenga que pasar algo grave como lo de su compañera para que ella se de cuenta de esa realidad.